¿Cómo se logran imágenes bonitas?

Imágenes bonitas no son solo aquellas que están bien iluminadas, enfocadas y contrastadas. Además del saber hacer, es necesario talento y el ojo fotográfico.

¿Qué diferencia estas dos imágenes?

Técnicamente perfecta, pero fotográficamente poco interesante.

Poses evidentes y retoques excesivos en la edición, combinados con la ausencia de un contexto, son los típicos atributos de una foto de stock

Imágenes cautivadoras

Esta emotiva fotografía se asimila a una representación pictórica, gracias al cuidado ambiente luminoso, la composición y la gracia de la mujer que posa leyendo.

Ambas fotos tienen una buena factura técnica. Aunque la primera carece de interés artístico. Se reconoce a primera vista, que se ha realizado para poder ser utilizada en publicidad de forma versátil. Carece de la intención que la haría única.

Por el contrario, en la segunda imagen, se aprecia la empatía del fotógrafo con la persona retratada, que logra así captar en la instantánea la esencia del momento. Los buenos fotógrafos trabajan exactamente de este modo. Saben cómo influyen en la imagen resultante composición, iluminación y la correspondiente apertura de diafragma, tiempo de exposición y distancia focal.

Imagen técnicamente perfecta

Para controlar el efecto tan intencionadamente como en la segunda foto, son necesarios amplios conocimientos y práctica en el uso de la cámara. Una imagen técnicamente buena tiene que ser nítida y debe tener la intensidad luminosa adecuada. En la mayoría de los casos es también deseable que la reproducción del color resulte natural.

Nitidez significa enfocar correctamente el centro de la composición. Si se trata de retratos, es importante que la mirada quede claramente definida.

La apertura del diafragma determina la profundidad de campo. Cuanto más cerrado esté el diafragma, mayor será la profundidad de campo, aumentando así el espacio que se ve nítido. En la fotografía de paisajes se busca normalmente conseguir una representación del espacio detallada. En macrofotografía y retratos, un fondo desenfocado es ideal para destacar el motivo.

Para conseguir nitidez en el movimiento se juega principalmente con el tiempo de exposición en relación con la velocidad de desplazamiento del motivo central. A mayor movimiento se corresponde un tiempo de exposición menor. Al hacer fotografía de fauna salvaje o de coches se logra un desenfoque del fondo gracias al barrido, o sea, desplazando la cámara al mismo tiempo que el motivo. Este recurso creativo confiere ímpetu a la imagen.

El efecto de movimiento como medio creativo

Aquí se busca un desenfoque por movimiento, para lograr que los motivos destaquen sobre el fondo.

Asimismo depende la nitidez de una imagen también de la calidad del objetivo o sensor utilizados. Además de que el fotógrafo tiene que contar con un buen pulso.

Truco: Para lograr una imagen nítida se recomienda enfocar el punto adecuado y escoger el tiempo de exposición más corto posible. En principio con un tiempo de 1/30 s no es necesario trípode. Para ir sobre seguro es aconsejable una exposición de 1/125 s.

También se tendría que tener en cuenta que la reproducción de los colores resulte natural. Los propios colores del objeto y la luz que este recibe modulan la percepción visual de los colores. Un buen ejemplo de ello son las variaciones cromáticas que ocurren al iluminar con fluorescentes o al usar luz diurna. Si no hay cambios bruscos de color, el ojo humano compensa automáticamente las diferencias. Por eso, una superficie blanca se percibe siempre blanca.

Pero, por otra parte, la cámara capta exactamente la cantidad de luz en el momento de fotografiar. En la fotografía resultante se percibe entonces un determinado tinte de color. Esto se evita si se configura en la cámara fotográfica el matiz, que el ojo humano percibe como blanco. A este proceso se llama ajustar el balance de blancos. La cámaras más modernas realizan el ajuste automáticamente, con más o menos fortuna. Opcionalmente se puede escoger también entre una gama de preajustes para determinados tipos de luz o realizar un ajuste de blancos manual.

Truco: El ajuste automático del balance de blancos suele ser ideal para quien quiere fotografiar de forma espontánea. En la era digital no entraña mayor dificultad corregir los tonos de color a posteriori en el editor de imágenes.

El tercer y último punto para lograr una imagen técnicamente perfecta es la exposición. La foto tiene que ser lo suficientemente luminosa para poder distinguir en ella los elementos más importantes. Por lo general, el exposímetro de la cámara ofrece unos buenos resultados. A posteriori se pueden hacer siempre pequeñas correcciones en el ordenador con el editor de imágenes adecuado.

La cuestión se vuelve complicada cuando las diferencias de luminosidad exceden los límites del rango dinámico de la cámara. Algo que sucede habitualmente cuando se encuadran al mismo tiempo una zona de sombras y el cielo. Con el software adecuado se pueden reelaborar luces y sombras, siempre y cuando se disponga de la correspondiente información sobre la imagen. Si esto no tiene éxito, porque las diferencias entre tonos son demasiado grandes, se tiene que recurrir entonces a realizar varias fotografías con diferentes luminosidades. En el ordenador se combinan estas en una sola imagen HDR.

Con la luz adecuada

Junto con la exposición es la iluminación también muy importante. En muchas situaciones es prácticamente imposible variar las condiciones lumínicas. Es bueno entonces tener un poco de suerte y un buen timing.

Como la temperatura de color va variando conforme el día avanza, es importante escoger el momento oportuno para pulsar el disparador.

La luz vertical del mediodía permite tiempos de exposición muy cortos debido a la ausencia de sombras. La coloración es neutra. Lo que resulta en una composición poco interesante.

La hora dorada

La hora dorada: la luz cálida, durante la salida o la puesta de sol, es ideal para retratos. Cuanto más tarde, más romántico.

La hora azul

Fotografías en la hora azul, después de la puesta de sol: cuando en el horizonte todavía se dejan ver tonalidades rojizas. La temperatura del color en el resto de la imagen es fría. Se puede sentir como empieza a refrescar.

Exposición prolongada de noche

Tomas nocturnas con los últimos destellos del día, o ya a la luz de de la luna, resultan especialmente excitantes. Así se logran interesantes efectos para fotos.

A parte de las horas del día, también las condiciones meteorológicas ejercen gran influencia. Por eso, en realidad, no hay ningún tipo de meteorología adversa.

Fuertes contrastes bajo un sol radiante

Las sombras proyectadas por el sol definen contornos precisos en los edificios, especialmente en blanco y negro, se producen contrastes aún más expresivos y contundentes.

Luz difusa

La luz difuminada por un cielo cubierto es excelente para retratos. Todo adquiere un aspecto suave, sin sombras duras, es así como se atenúan, entre otros detalles, pequeñas arrugas.

Lluvia y temporal: un cielo dramático, justo antes de una tormenta, como fondo de un motivo que todavía recibe luz del sol, genera una imagen más sugestiva que un simple cielo azul. Gotas de lluvia y charcos son elementos compositivos muy interesantes.

Niebla en el bosque

Los rayos de sol atravesando la niebla dan un toque místico.

Contraluz

El contraluz acentúa los contornos del motivo.

Junto con la meteorología y los distintos momentos del día, también las estaciones del año modifican el efecto de la luz. En invierno hay menos calima, un factor a tener en cuenta especialmente al realizar paisajes.

Ingenio en la creación

Una vez aclarado cuándo se pueden hacer las mejores fotos, hablemos de cómo se estructuran las imágenes.

Hay que saber elegir las proporciones adecuadas para la imagen. Cámaras pequeñas trabajan usualmente con un formato de proporción 3:4. Más interesante resulta el formato de la mayoría de las cámaras réflex, ya que utilizan una proporción 2:3.

Incluso formatos cuadrados pueden ofrecer muy buenos resultados. Ya que el cuadrado es una figura totalmente equilibrada, cuando se sabe cómo estructurar la imagen, se puede entonces romper el equilibrio y generar interés.

Junto con el formato también es decisiva la disposición de todos los elementos para estructurar una buena composición. Mediante sencillos cambios de lugar o perspectiva, al mover objetos en el espacio y con un correcto timing se puede crear una buena imagen.

La proporción áurea en la composición de imágenes

Uso de la regla de los tercios en la composición de imágenes

Lo más apropiado, para lograr una composición más dinámica, es la regla de los tercios. La imagen se divide así, utilizando dos líneas verticales y dos horizontales, en nueve partes. En los puntos de intersección se suele colocar el sujeto principal.

Junto con el posicionamiento del centro de atención, resulta decisivo también para el mensaje, la perspectiva elegida.

  • Vista aérea: el punto de vista se sitúa en una posición elevada o directamente desde arriba, el objeto se percibe más pequeño, comprimido y mínimo.
  • Perspectiva normal: la posición de la cámara a la altura de los ojos proporciona el punto de vista al que estamos acostumbrados. Mientras que para paisajes la cámara se toma en la mano, para fotografiar niños o animales es necesario arrodillarse. A diferencia de la perspectiva aérea, este punto de vista tiene un efecto muy personal.
  • Contrapicado: al situar el punto de vista en una posición inferior, mirando hacia arriba, los objetos aparecen más grandes y más poderosos.
  • Por encima del hombro: este ángulo visual produce un efecto de distanciamiento. El espectador se siente más fuerte, como un observador oculto.
  • Marcos: por ejemplo, ventanas o árboles, entre otros, se pueden usar para enmarcar el motivo de la imagen, se le confiere así un aura de misterio y además gana importancia en la composición.

Otro punto, que los principiantes no suelen tener en cuenta al crear sus imágenes, es una correcta elección de la distancia focal. Debido a efectos físicos, la distancia focal influye en las relaciones que establecen los objetos entre ellos.

  • Gran angular: la distancia óptica de los elementos en la imagen se agranda con distancias focales cortas. Se logra así que pequeños espacios, plazas o paisajes parezcan mayores.
  • Objetivo normal: se considera que 50mm es la distancia focal normal para pequeños formatos (formato 135). Así no se producen distorsiones en los objetos retratados.
  • Teleobjetivo: grandes distancias focales acercan todos los objetos entre ellos y se reducen así distancias.

La mirada fotográfica

Además de conocimientos técnicos sobre opciones de configuración de la cámara y su impacto sobre el contenido de la imagen, resulta decisiva la mirada fotográfica para lograr buenas fotos. Con una mirada así educada se perciben rápidamente las propiedades fotogénicas de un motivo. Estas incluyen simplicidad, claridad y orden.

Principiantes tienden a condensar en una sola fotografía, lo que daría material para varias tomas, y no perder así ningún detalle del conjunto. Los resultados suelen ser horriblemente aburridos. Se captan demasiados detalles a la vez, que generan desorden. Es mejor concentrarse en un detalle. Esto se logra, por ejemplo, mediante el uso intencionado de la profundidad de campo.

Centrarse en los detalles más sugestivos

Aquí se centra la atención en un solo detalle del bosque.

Limpiar puede ser de gran ayuda, o bien antes de realizar la fotografía, se pueden eliminar ya los elementos molestos, o también se pueden suprimir después, al retocar en tu PC.

No se considera fotogénico en general:

La banalidad. Gris sobre gris provoca que las imágenes sean aburridas, ya que falta un elemento, que atraiga la mirada.

Un fondo poco favorecedor. Principiantes olvidan a menudo el fondo detrás del motivo fotográfico. Así sucede que una farola salga de una cabeza o que se genere demasiada agitación.

El flash propio de la cámara. El flash interno de la cámara provoca sombras duras y destellos. Además cuanto más cercano al objetivo se halla, es más fácil que provoque ojos rojos. E incluso es capaz de arruinar cualquier ambiente luminoso.

Poses afectadas. Imágenes escenificadas resultan poco naturales, reemplazables y el espectador no puede desarrollar ningún vínculo afectivo con el motivo.

Uso innecesario de trucajes. Incluso cuando de más popularidad gozan ciertos filtros, se trata en realidad de tendencias pasajeras, que al cabo de un tiempo dejan de tener gracia.

Un fotógrafo se tendría que preguntar siempre: "¿qué es especial en esta situación?" Por ejemplo, cada ciudad tiene siempre sus lugares destacados. Pero, ¿qué es lo que hace a un lugar especial? ¿Son las líneas y las pautas? ¿Quizás los gestos de las figuras? Cuando se ha identificado, que es lo especial, conviene resaltarlo en la imagen.

A través de la edición, acentuar o modificar el mensaje de la imagen

Eternizar un instante en una foto, es un gran arte. A veces la foto toma un cariz muy distinto al buscado, a pesar de una composición bella y una buena ejecución técnica.

Es en este momento cuando el editor de imágenes entra en juego. Con ayuda de software como MAGIX Photostory deluxe se pueden ajustar colores, oscureciendo determinadas áreas de la imagen, y el foco, aplicando desenfoques.

Más importante que la ejecución técnica perfecta es la mirada fotográfica. Esta se forma de la mejor manera cuando se estudian las imágenes de los grandes fotógrafos, llevando siempre la cámara encima, y buscando los mejores instantes.


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